Llegó el MOMENTO..
LA PRIMERA ENTREVISTA del proceso de selección
En una primera entrevista siempre hay nervios, es algo normal y completamente natural. Yo siempre recomiendo vivir esta experiencia, al menos, una vez en la vida pues sales de tu zona de confort, no sabes cómo va a ser tu entrevistador, desconoces cómo es la empresa por dentro, dónde están las salas de reunión, cuántos departamento/áreas hay, etc. De este modo, aprender cosas nuevas, formas de comportarte y formas de salir airoso de situaciones diferentes a las habituales.
El día de la entrevista, una vez ya tienes preparadas las preguntas, puedes guiarte por las siguientes claves y consejos..
Lo primero, 4 claves para calmarte antes de la entrevista:
– Llega con 15 minutos antes. Estos minutos no son para que entres antes de tiempo a la entrevista sino para que conozcas el sitio y aunque sea desconocido para ti, te hagas con el sitio, te acomodes, busques cosas que te sean familiares o que te transmitan algo.
– Durante un minuto, realiza unas respiraciones profundas, con lo ojos abiertos o cerrados, como te apetezca. Ponte en un lugar tranquilo y deja la mente en blanco.
– Seguidamente, visualízate saliendo muy feliz de la entrevista, eso te ayudará a afrontar la entrevista con energía positiva. Visualízate durante unos segundos y di “me va a salir bien, soy muy bueno en lo que hago y confío en mí”. No hay nada mejor que confiar en uno mismo.
– Según veas que te llama el entrevistador, repítete “soy el mejor, yo puedo”.
11 Consejos para la entrevista que comienza::
– Ropa cómoda y formal sin muchos anillos o complementos que llamen la atención, pues ésta la tienes que atraer tú y no lo que lleves puesto.
– Es importante que lleves 2 copias de tu CV impreso para entregar una al entrevistador y otra quedártela tú. Esto siempre te ayudará si te preguntan fechas, en un simple vistazo te ayudará a recordar.
– Da la mano mirando a los ojos y con una sonrisa. La sonrisa es algo indispensable y que siempre debe estar presente, hará que todo fluya y generará más confianza en el entrevistador y de este modo te relajarás.
– Siéntate erguido, con las manos encima de la mesa (si la hay) pero de forma que estés cómodo. Dejar las manos visibles y con espacio para moverlas te será útil cuando tengas que expresar algunas cosas.
– Cuando hables, mira a los ojos a tu entrevistador. La mirada profesional va desde la nariz hasta la frente, este es el espacio al que debemos dirigir nuestra mirada cuando tratamos temas laborales.
– Responde con sinceridad y desde el corazón. Esto no significa que tengas que hablar y contar todo al detalle y con todo tipo de explicaciones, sino que lo que digas sea cierto.
– Evitar respuestas en las que digas un “no” rotundo. Decir cosas como “es posible” “en alguna ocasión” “sería valorarlo” indican flexibilidad y adaptabilidad por parte del candidato.
– Responde a lo que te preguntan, es decir, no te extiendas demasiado en las respuestas. Es bueno ser conciso y concreto.
– Si alguna pregunta te incomoda o crees que no tiene nada que ver con el trabajo al que optas y no quieres responder, siempre puedes decir muy educadamente y con una sonrisa: “disculpa creo que esta pregunta no tiene relación con el puesto al que opto y preferiría no responderla”. Es cierto que hay un sinfín de preguntas que no están relacionadas con el puesto y que lo que pretenden es conocerte como persona para detectar si tus valores encajan con los de la empresa. Sin embargo, siempre puedes “negarte” a responder a una pregunta que no consideres adecuada.
Siguiendo este punto, me gustaría comentarte que en muchas entrevistas se hacen preguntas que te pueden poner nervioso con el fin de observar “cómo actúa el candidato ante una situación incómoda”. Por ello, relájate, en una entrevista todo o casi todo tiene un para qué se hace o se pregunta.
– Al final de la entrevista, realiza alguna pregunta inteligente que denote tu interés. Por ejemplo: “¿cómo sería el equipo en el que trabajaría?” “¿cuántas personas lo forman?” “¿esta empresa está pensando en la internacionalización?” “¿va a abrir alguna otra sede?” “¿qué prácticas se desarrollan en cuanto a la responsabilidad social corporativa?”.
– Una vez salgas de la entrevista anota las preguntas que te hayan resultado curiosas o que te hayan resultado más difíciles de responder. De este modo, en las próximas entrevistas podrás prepararte mejor.
Sigue estos consejos punto por punto, confía en ti mismo y te aseguro que todo saldrá bien. Y recuerda si no te seleccionan no quiere decir que no seas bueno, quiere decir que hay otra persona que se ajusta más a los valores y requerimientos de la empresa. Además, SIEMPRE te llevarás algo, unos aprendizajes muy valiosos para tus próximas entrevistas.
Te dejo la frase de William Shakespeare para este post:
“Es más sencillo obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada»
Cristina González Manzano
Coach Certificado / RRHH / Formación Orientación Profesional